viernes, 26 de febrero de 2010

¿Juárez City, USA?



Primero fue la Iniciativa Mérida a través de los operativos conjuntos; luego el Crime Stoppers; después la exigencia de los cascos azules de la ONU; ahora son los centros de operaciones de la CIA, FBI y DEA que operarán en Ciudad Juárez, y luego, ¿qué seguirá?, ¿la entrada de los marines?, ¿un gobierno provisional norteamericano o sugerido por ellos?, ¿la anexión a Estados Unidos, dado que no podemos gobernarnos solos?

No sólo la “guerra contra el narco” es el parapeto de Felipe Calderón para “¿legitimar?” su sexenio; ahora podemos dar cuenta también del grado de entreguismo de este gobierno pro-norteamericano en aras de “asimilar” el país con las políticas que dictan sus pares, ¿o debo decir superiores? estadounidenses. La pérdida de la soberanía política de México es una lamentable y cruel muestra del camino equivocado, por lo menos desde Carlos Salinas de Gortari (otro presidente surgido del fraude electoral) por acercar (léase integrar) al país con los Estados Unidos.

El intervencionismo norteamericano en México no es reciente, así como tampoco lo es el entreguismo de algunos gobiernos y políticos mexicanos hacia este u otros imperios, como los conservadores (antepasados de la derecha neoliberal priista y panista en México) que trajeron a Maximiliano de Habsburgo en el siglo XIX con el apoyo militar de Francia y la iglesia católica (luego dicen que la historia no se repite) para crear un imperio fallido.

Hoy la “guerra contra las drogas” son el pretexto para el intervencionismo de Washington en lo que ellos consideran un problema de seguridad nacional, o lo que es lo mismo, un asunto de geopolítica del poder; es decir, cómo mantener “controlado” a México, de tal manera que garantice la droga, se mantenga “fiel” a Estados Unidos y su política imperial-capitalista, así como sus recursos energéticos (petróleo sobre todo) disponible en estos tiempos de desasosiego económico en que corre peligro el liderazgo norteamericano mundial.

Por lo menos desde la muerte del agente encubierto de la DEA (la agencia de cumplimiento de leyes contra las drogas norteamericana) Enrique Camarena en México, a mediados de los años ochenta del siglo pasado, sabemos del trabajo de agentes norteamericanos en nuestro país. Sabemos también, cómo la política exterior norteamericana influye en derrocar democracias que nos les son favorables (como el caso del gobierno de Manuel Zelaya en Honduras) cómo apoya gobiernos ademocráticos (como el caso de Álvaro Uribe en Colombia) y cómo desde siempre es un agente desestabilizador de nuestro país (¿quién apoyó a Victoriano Huerta en la Decena Trágica que derrocó a Francisco I. Madero en febrero de 1913?).

Desafortunadamente mucha gente aplaude el intervencionismo norteamericano en México, particularmente en Ciudad Juárez, porque piensa es la única forma de hacer frente al problema de inseguridad pública y anomia al cual Washington no ha tenido empacho en declarar como Estado fallido. La psicosis de miedo como crisis de inseguridad y la desconfianza ciudadana en el Estado mexicano, sirven para crear un ambiente favorable para la violencia así como para justificar la intervención estadounidense so pretexto de su “seguridad nacional” que se supone, comienza del Río Bravo hacia el norte (¿?).

Es ingenuo pensar que el gobierno estadounidense actúa de buena voluntad preocupado por la violencia en México. Es más creíble pensar en un movimiento estratégico de ese país, del tipo aplicado en Afganistán, Irak o cualquier otra nación de la era reciente en el que Washington ha aplicado su criterio de guerras preventivas. ¡Cuidado! no hay que anteponer el sentimiento o deseo de “progreso”, tan comprada en el imaginario colectivo mexicano en relación con el “sueño americano”, pues aquí se trata de otra cosa: tanta propaganda hostil a México de parte de los norteamericanos (Estado de excepción, narcoestado, Estado fallido, etcétera) el crecimiento del Fuerte Bliss en El Paso, Texas (el segundo más grande de Estados Unidos) el reforzamiento y crecimiento de la Patrulla Fronteriza, además de la ayuda económica (Plan Mérida) las asesorías y entrenamientos al gobierno y policía mexicanas, merecen toda la atención ciudadana.

Es muy sospechosa la posición estadounidense frente a las drogas: todo lo malo en relación con ellas proviene de los malvados cárteles mexicanos, quienes envenenan a las pobres víctimas estadounidenses, llevando la corrupción y la delincuencia a sus inocentes vidas; sí, cómo no. Para nadie son secretas las enormes ganancias generadas por el narcotráfico, medidas en miles de millones de dólares, un jugoso negocio que no paga impuestos del cual sería incomprensible cómo es que no hay bancos, empresarios y cárteles norteamericanos que no quisieran entrar en ese mercado, sobre todo en estos tiempos de crisis económica, ¿pues qué no son los Estados Unidos líderes del capitalismo mundial?

Anécdota. Inspirado después de haber visto la película Invictus la noche del miércoles 17 de febrero, salí a eso de las 10 de la noche a correr con mi perra Bonita al bordo del Río Bravo por lado mexicano. Cuál no sería mi sorpresa al notar que una patrulla fronteriza al vernos nos empezó a seguir. Molesto, nos dimos la media vuelta y seguimos el corredor del bordo en dirección al norponiente. Poco después, ya no nos seguía la mencionada patrulla, ¡sino un helicóptero! Al principio pensé que era una coincidencia, pues el aeromóvil nos seguía de lado mexicano (unos quince o veinte metros dentro de México) y creí era de la PFP, pero no, era de la Border Patrol , nos echaba la luz en la cara mientras pasaba de largo; luego, más adelante, otra patrulla de la migra; como estos agentes tienen fama de racistas y violentos, opté por regresar a la casa. Si esto está sucediendo a febrero del 2010 y no los detenemos, ¿qué podemos esperar después?

¡NO SOLUCIONES, NO ELECCIONES!

Revolución MMX

miércoles, 24 de febrero de 2010

La sociedad anónima ataca de nuevo


Al Día de la Bandera, el febrero del 2010 es un verdadero remolino de pasiones ciudadanas desbordadas en Ciudad Juárez. Dos visitas presidenciales con sus respectivos recibimientos, un estallido obrero en la maquila Foxconn, dos recibimientos estudiantiles críticos al gobernador y una “sesión habitual” del Congreso del estado en la ciudad son los ingredientes, más las matanzas que no cesan, para mantener incontenible el malestar de la sociedad juarense.

Es de poner atención a este tipo de respuestas provenientes de la sociedad, porque acusa un malestar profundo, hartazgo y desesperación. El modelo económico-político-sociológico que vivimos no nos ofrece las respuestas necesarias; por el contrario, aumentan el malestar y desasosiego en la gente. No hay respuestas, sólo que sigamos siendo dóciles y sumisos ante la adversidad. Pero las personas no pueden permanecer pasivas ante la ola de atropellos, impunidad, desgobierno, corrupción y sobre todo, falta de respuestas al problema de la crisis de seguridad y económica que estamos viviendo.

Las reacciones de repudio a la clase política en su conjunto están para dar miedo a aquéllos que han hecho de esa actividad su modus vivendi: nadie los quiere porque simplemente no dan resultados, cobran en exceso para una función que no hacen o hacen mal y todavía se regodean de ser imprescindibles para la sociedad, por lo cual no renuncian, no comparecen, no ofrecen disculpas ni prescinden de sus privilegios, generando un enorme desprecio en la sociedad, aumentando la ola de descontento hacia ellos y dejando un vacío de poder que parece, la ciudadanía está dispuesta a asumir porque no le queda de otra.

Sorprende también la reacción de los obreros de la maquiladora Foxconn el viernes 19, porque por un lado demuestra las arbitrariedades de esa empresa hacia sus empleados, ubicada en San Jerónimo, a las afueras de la ciudad en una zona desértica, obligándolos a trabajar horas extras contra su voluntad y de manera engañosa; pero también porque deja ver el modelo de trabajo maquilador, que suele ser explotador y exhaustivo además de enajenante, como seguramente muchos operadores(as) podrán contar. El modelo maquilador instalado en Ciudad Juárez obedece a sus propias reglas, crea sus propios horarios y beneficios a cambio de las facilidades que las autoridades les otorgan (bajos salarios, exención de impuestos, vaga vigilancia ambiental y leves sanciones laborales) lo cual contrasta con la calidad de vida de sus empleados, pero coincide con las promesas de campaña (más empleos) y los beneficios de los dueños de las tierras y edificios donde se instalan (recuerden Lomas de Poleo).

También es de tomar en cuenta la actitud crítica y retadora de las y los jóvenes estudiantes. Por fin la ciudadanía juvenil, esa que no cree en los adultos ni en los políticos, despierta ante la pesadilla de violencia que se afana contra ellos(as). Las manifestaciones callejeras, las expresiones artísticas, los reclamos a los tres niveles de gobierno que hacen por sus amigos(as) y compañeros(as) caídos son tal vez, el acontecimiento más esperado por la clase política chihuahuense al menos, por la cuestión de disminuir la apatía política y el abstencionismo, sólo que no es la reacción esperada. Siempre es bienvenida la participación juvenil en los asuntos sociales y políticos porque es en ellos y ellas donde recae el futuro de las decisiones del presente. En realidad la clase política prefiere una juventud apolítica “buena onda”, fresa o naca, pero manipulable, que enfrentar a jóvenes enojados y frustrados por la falta de oportunidades y, como es el caso, porque se trata además de su supervivencia.

Esta sociedad anónima se convierte en sujeto tácito cuando toma conciencia de sí misma para sí misma. Es una sociedad pasiva cuando, por ejemplo en el caso del abstencionismo, hace de la no participación electoral su forma de protesta, pero más comúnmente, de rechazo ante una acción que no comprende, desconoce y/o no encuentra sentido ni beneficio. Pero cuando es activa, es de esperarse una suerte de interacción instintiva posible por la suma de conflictos o problemas, como en el caso juarense, que incumbe a buena parte o la totalidad de una sociedad dada. Las y los seres humanos, al ser animales sociables y por ende políticos, tendemos a buscar la organización y la ayuda entre nosotros mismos frente a la adversidad.

La construcción del sujeto tácito es una cuestión colectiva. No se trata de “liderazgos” a la vieja y todavía vigente usanza política-capitalista-neoliberal-conservadora de un “mesías”, un héroe que viene a acabar con todas las calamidades del pueblo sufrido, no. Se trata de una participación amplia y heterogénea de individualidades y grupos preocupados por una situación dada y dispuestos a cumplir las tareas necesarias para su solución. La presente situación anómica de inseguridad seguro es un detonante para el surgimiento del sujeto tácito de la sociedad anónima.

¡NO SOLUCIONES, NO ELECCIONES!

Revolución MMX

Posdata. La bandera mexicana no encuentra a su águila, ¿alguien lo ha visto?